Os adjunto el enlace donde podeis ver la Orden General de Vedas con caracter general para próxima temporada de caza 2009-2010.
http://www.juntadeandalucia.es/boja/boletines/2009/124/d/4.html
lunes, 29 de junio de 2009
jueves, 25 de junio de 2009
DIA DE PESCA EN LA PLAYA
Aquí os dejo un vídeo de pesca del club de pescadores de larva, en una jornada de pesca en las playas de mazarrón(MURCIA). La jornada no se dio mal.
miércoles, 17 de junio de 2009
Hace cuatro años, Rafael Villafuerte inició un proyecto de investigación para intentar recuperar los conejos en 1.700 hectáreas en el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, junto al futuro embalse de Melonares, que dará agua a la capital hispalense. Y lo ha conseguido… y sin vacunar.
Rafael Villafuerte, director del proyecto.
El proyecto ha consistido básicamente en construir los llamados «núcleos de alta densidad», extensiones de cuatro hectáreas en las que se ha construido majanos artificiales, se ha echado bastantes conejos traídos de una finca próxima en la que había bastantes, se les ha puesto comida y agua y a esperar a que se reproduzcan y se expandan. Pero el proyecto tiene algo novedoso: no se ha vacunado. Y los conejos no se han muerto.
Lo de concentrar en un espacio reducido un gran número de conejos es para que por sí mismos superen la llamada «trampa de la predación y de la enfermedad».
En cada núcleo construye 18 vivares y mete 180 conejos. Dos de estas zonas se cierran a la predación terrestre con malla perimetral de 2,5 metros y enterrada un metro en el suelo; a las otras dos no se les pone malla. En ninguno de los casos se hace ningún control de predadores. Los majanos se construyen con palets y tierra sobre la superficie porque el terreno se encharca con facilidad. Finalmente queda una montaña de tierra con ciertas aberturas en su base hechas con tubos de PVC, que conectan con el corazón del majano.
Vista de los majanos artificiales
Alrededor de los cuatro núcleos se construyen a su vez otros 85 vivares un poco más pequeños para favorecer la dispersión natural de los conejos desde los núcleos sin malla perimetral.
La clave del éxito, aparte de todo lo demás, está en los conejos que se echaron y cuándo se echaron.
Tras la repoblación, los resultados fueron excelentes. Un año después, todos los vivares situados a menos de 200 metros de los núcleos, estaban ocupados.
Los estudios científicos dicen que un lince necesita entre dos y cinco conejos por hectárea para asentarse. En Melonares, un año después de la repoblación, había más de dos conejos por hectárea; y entre 2002 y 2005, la abundancia fuera de los núcleos se cuadruplica.
En definitiva, en octubre de 2002 se hizo una sola repoblación con un total de 720 conejos en un lugar en el que prácticamente habían desaparecido. Hoy, sin poner una sola vacuna y sin hacer ningún control de predadores, se estima que puede haber unos 8.000 conejos en las 1.700 hectáreas.
Rafael Villafuerte, director del proyecto.
El proyecto ha consistido básicamente en construir los llamados «núcleos de alta densidad», extensiones de cuatro hectáreas en las que se ha construido majanos artificiales, se ha echado bastantes conejos traídos de una finca próxima en la que había bastantes, se les ha puesto comida y agua y a esperar a que se reproduzcan y se expandan. Pero el proyecto tiene algo novedoso: no se ha vacunado. Y los conejos no se han muerto.
Lo de concentrar en un espacio reducido un gran número de conejos es para que por sí mismos superen la llamada «trampa de la predación y de la enfermedad».
En cada núcleo construye 18 vivares y mete 180 conejos. Dos de estas zonas se cierran a la predación terrestre con malla perimetral de 2,5 metros y enterrada un metro en el suelo; a las otras dos no se les pone malla. En ninguno de los casos se hace ningún control de predadores. Los majanos se construyen con palets y tierra sobre la superficie porque el terreno se encharca con facilidad. Finalmente queda una montaña de tierra con ciertas aberturas en su base hechas con tubos de PVC, que conectan con el corazón del majano.
Vista de los majanos artificiales

Alrededor de los cuatro núcleos se construyen a su vez otros 85 vivares un poco más pequeños para favorecer la dispersión natural de los conejos desde los núcleos sin malla perimetral.
La clave del éxito, aparte de todo lo demás, está en los conejos que se echaron y cuándo se echaron.
Tras la repoblación, los resultados fueron excelentes. Un año después, todos los vivares situados a menos de 200 metros de los núcleos, estaban ocupados.
Los estudios científicos dicen que un lince necesita entre dos y cinco conejos por hectárea para asentarse. En Melonares, un año después de la repoblación, había más de dos conejos por hectárea; y entre 2002 y 2005, la abundancia fuera de los núcleos se cuadruplica.
En definitiva, en octubre de 2002 se hizo una sola repoblación con un total de 720 conejos en un lugar en el que prácticamente habían desaparecido. Hoy, sin poner una sola vacuna y sin hacer ningún control de predadores, se estima que puede haber unos 8.000 conejos en las 1.700 hectáreas.

Cantos y Sonidos de las perdices: su utilización por los reclamos
Desde hace más de medio siglo, el canto de las aves se ha convertido en modelo para el estudio de la evolución de la comunicación animal (SEARCY, W. A. y NOWICKI, S.) Las aves utilizan sus sonidos para comunicarse entre ellas, los ornitólogos diferencian los sonidos cortos que denominan “llamadas” de los cantos que son más largos, complejos y armoniosos y resultan melodiosos para el oído humano, estando asociados a diferentes pautas de comportamiento, mientras que las llamadas o sonidos cortos tienen, entre otras,las funciones de comunicarse, alertar ante el peligro, llamar al resto del grupo para compartir los alimentos suculentos, mantenerse unidos, fijar límites territoriales. Los cantos y las llamadas se realizan a través de la siringe, que junto con el saco aéreo forman el órgano vocal de las aves.
El volumen sonoro se encuentra estrechamente relacionado con el tamaño del territorio. La utilización de la “atalaya para el canto” es fundamental para asegurar que el canto alcance los confines territoriales, por lo tanto la presencia de rivales aumenta la actividad canora. En el caso de las perdices el canto de batalla para expulsar al rival puede ir acompañado de agresión física entre ellas, aletazos, picotazos y espolonazos. La calidad del canto puede ser un indicador del estado físico y de la superioridad del individuo.
Los cantos y sonidos de la perdiz y su interpretación
Para describir los cantos y sonidos de la perdiz nos basamos fundamentalmente en la clasificación e interpretación que de ellos hacen los distintos autores reclamistas, en éste que nos ocupa, lo haremos según la clasificación y definición de un clásico del reclamo, Diego Pequeño, que determina dieciséis formas diferentes de comunicación entre cantos y sonidos. En su descripción y utilización entrecomillamos la denominación del canto o sonido. En las perdices, al igual que en la mayoría de las aves son los machos los vocalistas principales.
Si observamos minuciosamente el ciclo de vida de la perdiz, después su nacimiento hasta que alcanzan su madurez, el bando familiar permanece unido, sus cantos y sonidos en este periodo cumplen la función principal de la comunicación al objeto de mantenerse reunidos, alertar al resto de los peligros e indicar dónde se encuentran los alimentos. También, dado el carácter tan fuerte de territorialidad que poseen las perdices, con el canto delimitan su territorio.
El bando familiar permanece unido hasta enero, las perdices cantan principalmente de “cañón, por alto, de reclamo, o de jacara” como se conoce entre el argot al canto de mayor, para llamarse entre ellas con objeto de mantenerse unidas y delimitar el territorio, no obstante este canto es utilizado durante todo el año.
Para alertar del peligro, realizan la “llamada” que los reclamistas denominamos “de la carraca, aguilucho o aguileo” que indica la presencia de un ave rapaz.
Al verse sorprendidas por una alimaña o cualquier otra eventualidad a la que están expuestas, emiten el grito “del piolío o pijoo, pijoo, pijoo”, arrancando el vuelo de manera rápida y potente. Según estudios recientes (MARTÍNEZ DE CASTILLA, A. y PASTOR OLIVERAS, E.), el sonido o chillido de alarma está asociado con un grado de miedo mayor.
El comportamiento también varía en función del tipo de amenaza, ante el vuelo de una rapaz, “aguileáran” para avisar al resto del grupo y procuran cobijo entre las matas o se aplastan en el suelo para pasar desapercibidas por el efecto del mimetismo. Ante la aparición por sorpresa de un depredador, emitirán el “pijoo” al tiempo que arrancan con rápido vuelo.
En la búsqueda de comida se les oye el “guteo” al mismo tiempo que muestran deleite y tranquilidad; ante la presencia de un alimento suculento emiten el “titeo” o “cañamoneo”, nuestro diccionario define el “titear” como: “Dicho de una perdiz: Cantar llamando a los pollos”.
En la fase de separación del bando, durante la exploración de nuevos territorios, desarrollan nuevas pautas de comportamiento que las perdices manifiestan con “regaños” o “mandando callar” a cualquier perdiz que cante en sus inmediaciones, delimitando los confines de su terreno, si se encuentra muy cerca unos de otros se “enmoñan”, se le oye el “rifar” y el “rinreo”. Lo que más destaca de este periodo son las luchas continuas entre los machos para ocupar de manera permanente el territorio y proteger a su hembra de los posibles intrusos con la intención de conquistarla, el canto que utilizan es el “dar de pie, cuchichío o colete”, que se puede interpretar como una llamada al combate. Al mismo tiempo lo alternan con los “piñones o pitas” que son sonidos cortos, secos, muy rápidos, muy sonoros y desafiantes.
¿Cómo utilizan los reclamos estos cantos y sonidos?
Todos los pajareros saben que la efectividad de esta caza se basa en los recursos sonoros de las perdices. Aristóteles, (384-322 a. C.) nos decía que: “[…] La perdiz que se utiliza para la caza recibe el asalto del jefe de las perdices salvajes, que se precipita sobre ella con cantos que preludian guerra… Esto es lo que ocurre cuando el ave que sirve de reclamo es un macho… La perdiz no solamente canta sino que emite igualmente un grito agudo así como otros sonidos. […]”
A lo largo de la historia, la tradición de la caza de perdiz con reclamo nos ha dejado un legado importantísimo sobre los cantos y sonidos de las perdices utilizadas como reclamos. Con este artículo abrimos una línea de investigación para profundizar en la comunicación entre las perdices y en la interpretación que desde los orígenes de esta actividad cinegética se ha venido realizando. Cabe destacar que cada macho de perdiz utilizado como reclamo posee un repertorio de entre las versiones de los cantos y sonidos propios de su especie. La calidad de las “notas” y su utilización frente a las campesinas son únicas, por eso cada reclamo es distinto, y cada puesto es diferente, lo que hace que esta modalidad sea tan singular.
El reclamo en el pulpitillo normalmente comienza a comunicarse con las perdices salvajes con el “canto de mayor” o “reclamos”, los que están dotados de un buen repertorio realizan la salida con una “embuchada” o “cantada hueca”, pasando a dar “de pie” y a “piñonear”, dependiendo de la respuesta de las campesinas.
El buen reclamo puede lanzar “señales falsas”, para dar confianza al macho salvaje para que se acerque a sus inmediaciones y entre en “plaza”, así demuestra a través del canto síntomas de cobardía con reclamos más tenues, sin la presencia de aves rapaces “aguilea”, indicando al silvestre que él se encuentra en una posición más segura. Si las salvajes se encuentran recelosas, también utiliza “el regaño”, con sentido dominante e impone silencio, para que sea efectivo debe ir seguido sin interrupción del “recibo”; otra estrategia empleada para mover a las campesinas es el “chirrido o revuelo”, llegando incluso a dar un salto en la jaula para hacerlo más creíble. El reclamo excelente recurre al “titeo” como un recurso infalible para llevar a las perdices salvajes a los pies del pulpitillo.
Cabe destacar y es de máxima importancia para conseguir un buen reclamo, cumplir fielmente en la soledad del campo con las normas fundamentales de esta modalidad de caza, reglas que a su vez le confieren otro aspecto singular en su práctica, como son el “canto de recibo” en el momento del disparo y que la perdiz salvaje se encuentre en la “plaza”, pautas que hay que llevar obligatoriamente para acrecentar las cualidades del reclamo.
Finalizamos este artículo con unas referencias clásicas que confirman las pautas de comportamiento y la utilización de los cantos tal como lo hemos expuesto. La primera reseña es de Claudio Eliana, (175-235 d. C.) que además nos cuenta la costumbre de criar perdices para reclamo y el modo de adiestrarlas para las competiciones.
“[…] Los que crían perdices reñidoras, cuando las incitan a pelear con otras, hacen que cada hembra esté junto a su macho, pues han encontrado este ardid como remedio contra cualquier cobardía y repugnancia a la lucha, […]
“Las perdices que poseen un canto penetrante y musical son conscientes de su destreza sonora. Asimismo, las perdices belicosas, que intervienen en competiciones, creen que, cuando son capturadas, no serán tenidas simplemente como destinadas al sacrificio, y por esto, en el momento de su captura no se pelean con los cazadores con el propósito de no ser cogidas”.
“[…] Las perdices domésticas hacen lo mismo con el macho que llega por vez primera y que aún no esta domesticado… La perdiz las atrae de la siguiente manera y emplea los trucos de una sirena para reducir a las demás. Se yergue y lanza su canto, un canto que comporta un desafío y es como una provocación al ave salvaje a la lucha, mientras ella permanece al acecho junto a la trampa o lazo. Luego el macho salvaje responde con su canto y avanza para presentar batalla en defensa de su pollada. Entonces el ave doméstica retroceda fingiendo que tiene miedo. El otro avanza pretencioso, dando ya por segura la victoria, y es cogido en la trampa y capturado”.
La otra es la de Luís Barahona de Soto, (1548-1595) que nos enseña las cualidades que debe tener un buen reclamo: “[…] El perdigón debe ser de gran sosiego, no estrellero no vergueador porque no esturree la caza; muy parlero cantador que no desdiga paranza; no riguroso ni desbrido para las hembras, mas tan blando y amoroso como por la mayor parte lo son todos; para los machos no flojo ni callado al tiempo de enlazar, […]
sábado, 13 de junio de 2009
Bienvenido/a
Hola, te damos la bienvenida a este blog de los cazadores y pescadores de Larva. Donde podras ver fotos, leer comentarios y hacer comentarios acerca del tema del que se trata. Esperamos que sea de vuestro agrado y asi poder compartir experiencias. Saludos.
jueves, 11 de junio de 2009
miércoles, 10 de junio de 2009
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